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Recomendación
Unbreakable 2
Unbreakable

Año: 2000

Dirección: M. Night Shyamalan

Guión: M. Night Shyamalan

Fotografía: Eduardo Serra

Elenco: Bruce Willis, Samuel L. Jackson, Robin Wright Penn y Spencer Treat Clark.

​Música: James Newton Howard

17 de enero de 2019

El texto contiene algunos spoilers de Unbreakable (2000) y de Split (2017)

 

En el año 2000 el cineasta indio M. Night Shyamalan era un todopoderoso de la industria hollywoodense. Después de El sexto sentido (1999), Shyamalan tenía carta abierta para hacer lo que quisiera debido al éxito de su thriller paranormal protagonizado por Bruce Willis y un sorprendente Haley Joel Osment. Su siguiente filme fue una cinta extraña, con un tono sombrío y realista hablaba del mundo de los comics y los superhéroes, y muy a su manera fue el primero en insinuar que los humanos con capacidades extraordinarias podrían caminar junto a nosotros sin que lo sospecháramos. Así, antes de que Christopher Nolan trajera al Batman más realista y oscuro que conocemos y que los superhéroes en general tomaran las pantallas cinematográficas del orbe, ahí estaba Unbreakable: una película inclasificable, rara, sombría y melancólica sobre un hombre que posee súper poderes, pero (debido a dicha naturaleza) es incapaz de socializar y relacionarse con el mundo que lo rodea, incluidos su esposa e hijos.

En una ocasión Quentin Tarantino dijo que Unbreakable es la obra maestra de Night Shyamalan, ya que no solamente contaba con la mejor actuación en la carrera de Bruce Willis, sino que era una deconstrucción muy sofisticada de la mitología de Superman. Según Tarantino, el giro oscuro y genial de Shyamalan consistía en plantear la pregunta de ¿qué pasaría si Superman estuviera entre nosotros, pero no supiera que es Superman? En ese sentido, es posible decir que, aunque la película cuenta con detractores, lo cierto es que es un filme que ha envejecido bien y que ha cobrado nueva relevancia en un contexto en el que las películas sobre superhéroes han vuelto a ser, casi todas, excesivamente coloridas y digeribles.

Por otro lado, Shyamalan ha tenido a bien realizar un par de secuelas: Split (2017), una especie de spin off que expande el universo de la primera, y Glass (2019) que está muy próxima a estrenarse. Por todo lo anterior, vale la pena retomar este filme que se ha convertido con el paso del tiempo en una rareza y una pieza de culto para los fans de los superhéroes y de M. Night Shyamalan.

Unbreakable nos cuenta la historia de un guardia de seguridad llamado David Dunn, interpretado por Bruce Willis, que ha llegado a la mediana edad sin ser realmente feliz. Su vida es perenemente melancólica y triste, sin saber realmente cuál es el sentido de su existencia. Su incapacidad de comunicarse con los demás, su hermetismo recalcitrante, lo ha llevado a aislarse de su esposa e hijo, con quienes mantiene una relación fría y distante. Todo esto cambia cuando David se convierte en el único sobreviviente de un catastrófico accidente de tren del cual escapa sin un mínimo rasguño. Es entonces cuando aparece en su vida Elijah Price (Samuel L. Jackson), un misterioso hombre con osteogénesis imperfecta quien le dice que ha pasado toda su vida buscando a un ser humano que se encuentre justo del otro lado de la balanza: un hombre que no se lastime jamás, cuya fuerza y resistencia lo hagan prácticamente irrompible.

 

A partir de ahí, la película se centra en el viaje de autodescubrimiento de David, quien pasa de la negación al asombro y de ahí a la aceptación de una naturaleza que lo había acompañado toda su vida, pero que se había negado a aceptar. Alrededor de este viaje —que bien podría tratarse de la historia de origen de un superhéroe— se van hilvanando ideas realmente interesantes y que han sido tratados de manera mucho más ligera en otros filmes sobre personas con súper poderes.

 

En primer lugar, me parece muy interesante la manera en la que retratan la depresión de un hombre que ha vivido siempre en la negación de su verdadero yo. Me parece que muchos de nosotros, en nuestra vida cotidiana, nos hemos sentido abrumados ante la perspectiva de no estar haciendo aquello para lo que estamos hechos. O, dicho de otra forma, de descubrir que lo que hacemos no se corresponde con nuestra vocación. Esto permite un sentimiento identificación importante con el personaje y, sobre todo, funciona como una metáfora de que el acto más heroico que podemos hacer es el de tener el coraje de ser nosotros mismos. La idea de ser nuestros propios héroes, seduce y funciona a muchos niveles en este filme. 

 

Por otro lado, la figura del villano, encarnado en el personaje de Elijah Price, se construye en la vieja dicotomía entre el bien y el mal. David y Elijah no solamente son opuestos en sus capacidades físicas, sino que también lo son en sus motivaciones: mientras que el héroe descubre su vocación de proteger y la usa para ayudar a los demás, el villano es motivado por el egoísmo y en la búsqueda de sus objetivos: no tiene ningún empacho en destruir la vida de los demás.  No sobra señalar, que en la contraposición entre el héroe y el villano no destaca una rivalidad física —ya que Elijah es extremadamente frágil—sino una de tipo emocional. Elijah es, muchas veces, más poderoso que David precisamente porque ejerce sobre él una manipulación emotiva contra la cual nuestro héroe tiene que luchar constantemente. Lo anterior me gusta, pues también hace más real el papel del mal en nuestra vida. Los villanos son aquellas cosas o personas que ejercen influencias negativas en nosotros, que pueden llegar a ser realmente peligrosas, y que muchas veces se disfrazan como cosas inofensivas o como amigos. 

 

Finalmente, Unbreakable no deja de parecerme una historia de amor. Hay toda una subtrama centrada en la relación entre David y su esposa Audrey. En dicha historia, se sugiere que David, en su juventud, había sido capaz de entrever su fuerza y resistencia sobrehumanas; sin embargo, decide no hacerle caso a ese llamado interior porque se da cuenta que no podría llevar una vida normal junto a Audrey. A partir de ahí, empieza una brecha entre ellos que se agrava con los años y que llena de culpa a Audrey, ya que ella sabe que a pesar de que David no se lo diga, en el fondo él la responsabiliza por su infelicidad.

 

De esta subtrama también surgen ideas interesantes —aparte de aportar un toque más familiar y romántico a la película, algo que Shyamalan parece haber aprendido de Steven Spielberg—; por ejemplo, el de la importancia de la comunicación para poder resolver los problemas con nuestros seres queridos, pero también la idea de que no podemos responsabilizar a otros por las decisiones que tomamos en nuestra vida. Al final, la relación entre David y Audrey se restaura, cuando éste acepta su naturaleza y su vocación, pero también cuando se hace responsable de su propia felicidad y deja de culpabilizar a Audrey —y en cierta medida, también a su hijo—por las decisiones del pasado. Además de todo lo anterior, hay otros elementos que son muy atractivos en el filme, como la deconstrucción de la idea de debilidades de David o la idea de que las personas fuertes también necesitan de la ayuda de los débiles; no obstante, creo que es mejor no hablar de ellas para que el lector las pueda descubrir viendo la cinta.

En conclusión, Unbreakable es una película que con el correr de los años se consolida como una de las mejores cintas de Shyamalan —un director que ha tenido descalabros importantes— y que cobra vigencia nuevamente en la antesala de una nueva entrega que reunirá a Bruce Willis y Samuel L. Jackson con James McAvoy protagonista de la segunda película, Split. Pero también, porque parece que Shyamalan se adelantó muchos años a la idea de hacer películas sobre superhéroes oscuras y que ocurrieran en el mundo real —algo que lograría con creces Christopher Nolan con su Dark Knight Trilogy, pero que parece diluirse nuevamente con la estética colorida y amigable de la saga Avengers

 

Lo que resuena en Unbreakable es la idea de que el bien y el mal son elementos con los que convivimos constantemente en nuestras vidas y queda en nosotros la elección de cometer actos heroicos o bien, actos viles y cobardes. La secuela sui géneris de UnbreakableSplit, presentó en 2017 a "La bestia" o "La horda" (James McAvoy): un villano mucho más físico que puede llevar a David Dunn a nuevas y peligrosas complicaciones. Por supuesto, entre ambos, también gravitará la amenazante figura de Elijah Price. Para saber qué ocurre tendremos que esperar a ver Glass en pantallas cinematográficas. Una vuelta a la infancia. 

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