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Reseñas
Una película
de policías
por Jorge Zendejas

18 de noviembre de 2021

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En Una película de policías, Montoya vigila como cientos de sus compañeros una marcha del orgullo LGBT+. Los asistentes se toman fotos, lo tocan y besan, mientras él se muestra firme, serio, ecuánime, mantiene el mismo semblante, casi estoico. En otras marchas no son tan amables. Lo insultan borrachos y orinan en una de las jardineras de avenida Juárez; mientras Montoya, sin mucho éxito, intenta disuadirlos.

 

En un momento de tranquilidad, se sienta en una calle lateral y conversa con la audiencia. Recuerda su infancia en la Ciudad de México. Corría con otro niño de la cuadra como parte de un juego de policías y ladrones. Tiempo después un reencuentro con aquel antiguo amigo confirmó que el juego no ha terminado y que, en buena medida, se ha convertido en realidad: uno acabó en la cárcel y Montoya terminó siendo policía; como su hermano que llevaba a sus colegas, uniformados y con armas largas, a comer a la casa de su madre.

Teresa, por su parte, recuerda a su padre, también policía; nunca reconoció su decisión de optar por la misma carrera llena de sacrificios, pero también de pequeñas satisfacciones. El espectador acompaña a Teresa a firmar su registro diario en un Oxxo —mientras su cena se prepara en los rodillos que calientan las salchichas. También la ve detener a un conductor borracho, e incluso a auxiliar a una mujer a dar a luz; y viaja con ella al pasado, en el asiento de una patrulla de más de una década atrás, cuando el padre de Teresa y su compañero realizan una inspección a un coche en las calles poco iluminadas de la ciudad, en imágenes que asemejan películas de terror.

Después Alonso Ruizpalacios (Güeros, 2014) —el director de esta exquisita película llena de sorpresas, que recurre a una mezcla de expresiones documentales y de ficción— nos revela que ambos (Teresa y Montoya) son pareja. Cuentan cuando se conocieron y las formas en las que sortean su vida personal y profesional: como aquella persecución a un ladrón de una tienda por los andenes del metro; es un lenguaje de suspenso y acción que Ruizpalacios domina con maestría y recuerda a aquella secuencia del robo al Museo de Antropología en Museo (2018).

Pero Montoya y Teresa no son reales, y justo antes de que conozcamos a las personas en las que se basaron sus personajes, acompañamos a los actores en su ardua preparación para la película: entre otras cosas, su adaptación física y psicológica, la construcción de diálogos y tonos de voz; así como la vivencia propia (durante tres meses) de la “formación inicial” —el curso de introducción que tienen los policías en sus respectivas corporaciones— en Ciudad de México y en el municipio mexiquense de Nezahualcóyotl.  

 

En ese collage de imágenes, la película retrata con maestría que las fronteras son difusas; y si bien hay policías que son victimarios, también son víctimas de un sistema que se aceita con cuotas económicas y personales. Los testimonios de Montoya y Teresa describen las dádivas para acceder a mejores armas, uniformes, o incluso para que carpetas o procesos administrativos comiencen siquiera a tomarse en cuenta, así como la falta de prestaciones, reconocimientos o sueldos dignos. Quizá los policías son el talón de Aquiles de la seguridad pública del país, pero al mismo tiempo son la solución, precisamente por su naturaleza endeble y cercana a la ciudadanía, a nosotros; a diferencia de las fuerzas armadas que se cuecen, pareciese, en un mundo aparte. Si alguien es pueblo uniformado es el policía.

La película no es un panfleto, tampoco es un intento superficial para humanizar a las instituciones de seguridad más desprestigiadas del país. Creo que trata de contar una historia de personas que se aman, que trabajan en un entorno complicado, y acabaron, sin decidir mucho en el camino, con un uniforme y siendo policías: historia que palabras más, palabras menos, se asemeja a las tribulaciones de la vida y, por tanto, de otros policías y de muchos de nosotros.

Una pelicula de policías (2021) puede verse en la plataforma de streaming Netflix.

El autor forma parte del equipo editorial de CINEMATÓGRAFO.

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