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Reseñas
no sudden move
por Jorge Zendejas

18 de julio de 2021

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Una mujer y sus hijos son rehenes de dos hombres enmascarados. Mientras esperan en la supuesta tranquilidad de su hogar, en los suburbios de la gran ciudad, un tercer victimario obliga a conducir al padre de familia al centro, a su oficina, a recabar un documento confidencial que se encuentra dentro de una caja fuerte.

 

Curt Goynes (Don Cheadle) encabeza a este grupo de criminales, pero también a los personajes que habitan la película y que aspiran a huir de ahí, con dinero, con nuevos amores o con una reinvención de los sueños que les quedan. Poco tiempo atrás Goynes salió de una prisión hacinada. Las cosas, sin embargo, siguen siendo como antes y a la vez han dejado de serlo. Las condiciones de precariedad que lo orillarán a rescindir son las mismas, pero ahora también debe dinero a sus antiguos empleadores y su interés amoroso se ha distanciado.

Se trata del Detroit de mediados del decenio de 1950 y los protagonistas son profesionales de la violencia que se emplean a otras organizaciones criminales que actúan para intermediarios y estos a su vez para empresas que buscan evitar regulaciones gubernamentales que permitan reducir las emisiones de sus productos. Pero también hay familias, hijos, padres, madres, esposos, detectives, policías que se sienten atrapados en la vida aparentemente idílica del Estados Unidos de la posguerra.

La película, dirigida y fotografiada por Steven Soderbergh, muestra imágenes panorámicas —pero claustrofóbicas, ligeramente distorcionadas y llenas de claros oscuros— de la ciudad, de los suburbios, de los barrios empobrecidos, de las opulentas mansiones a las afueras de la ciudad, así como de los imponentes rascacielos que albergan la industria automotriz estadunidense.

La trama se enfoca casi de forma exclusiva en el robo y sus implicaciones cercanas, y menos en la conspiración empresarial que inspira tal asalto. También hay destellos breves a otras historias igual de interesantes como amores prohibidos para entonces, más allá de los evidentemente extramaritales, la colusión policial, el proceso de aburguesamiento y desplazamiento forzado en los barrios afroamericanos y el racismo.  

 

Después de un día extenuante uno de los personajes confiesa entre líneas el papel que desempeñó en una serie de eventos desafortunados, su pareja distanciada —y justificadamente molesta— muestra resignación y, finalmente, empatía por lo que le comparte su cigarro. Lo fuman… y apenas es martes señala el derrotado. Hay pistas de lo que depara el resto de la semana.

No Sudden Move (2021) puede verse en la plataforma de streaming HBO Max.

El autor forma parte del equipo editorial de CINEMATÓGRAFO.

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