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Reseña
La Promesa
por Ricardo Cárdenas

 30 de mayo de 2017

La Promesa (The Promise) es la más reciente película del cineasta irlandés Terry George, ganador del Oscar en 2012 por el cortometraje The Shore y quien previamente había captado la atención de la crítica internacional con sus trabajos En el nombre del Padre (1993) —de la que fue coguionista— y, sobre todo, con Hotel Ruanda (2004); un conmovedor filme donde retrata las atrocidades ocurridas durante el genocidio en esa nación africana.

 

En La Promesa, George se adentra en uno de los capítulos más violentos y desconocidos del siglo pasado: en abril de 1915, durante la Primera Guerra Mundial, el gobierno del Partido Comité de Unión y Progreso —conocido como los Jóvenes Turcos— ordenó la deportación y el exterminio de toda la población armenia que vive dentro de las fronteras del Imperio otomano. El resultado de esta política fue la matanza de 1.5 millones de armenios, convirtiéndose en el primer genocidio del siglo XX.

 

El genocidio armenio, a diferencia de otras tragedias como el Holocausto de los judíos, ha sido poco llevado a las pantallas cinematográficas. El primer filme que trató el tema fue Ravished Armenia (Oscar Apfel, 1919), una cinta muda que se basa en el testimonio directo de Aurora Mardigarián, sobreviviente del genocidio. Otros esfuerzos notables son los del cineasta canadiense de origen armenio Atom Egoyán con Ararat (2002), y el director turco-alemán Fatih Akin con The Cut (2014).

 

Así pues, las expectativas que despertó La Promesa eran altas, ya que, aunada a la demostrada sensibilidad que aporta la dirección de George, el filme contó con un presupuesto de más de cien millones de dólares provenientes de Kirk Kerkorián, el multimillonario estadounidense de origen armenio dueño de la MGM, quien al morir en 2015 dejó destinada en su testamento esa cantidad para la producción. Kerkorián soñaba con la filmación de un clásico cinematográfico que reflejara el dolor armenio y que mostrara la grandeza propia de una de las civilizaciones más antiguas del planeta —la primera nación en adoptar al cristianismo como religión oficial.   

 

Desafortunadamente, hay que decir que La Promesa se queda corta en ese cometido, resultando en un melodrama romántico que carece de la fuerza necesaria para explicar clara y contundentemente a la gran audiencia las causas que provocaron la política genocida de los Jóvenes Turcos. En contrapartida, nos presenta un triángulo amoroso que falla al tratar de emular obras clásicas que hablan sobre el amor en tiempos de guerra como Casablanca (Michael Curtiz, 1942), Doctor Zhivago (David Lean, 1965) o Reds (Warren Beatty, 1981).

 

La historia de La Promesa, inicia en Sirun, una pequeña villa situada en el sureste de Turquía, que antes del estallido de la guerra estaba habitada por armenios y turcos en partes iguales. Allí vive Mikael Boghosian (Óscar Isaac), un joven boticario armenio que sueña con convertirse en médico, por lo cual decide comprometerse con la hija de un vecino para obtener la dote y usar ese recurso para trasladarse a Constantinopla y estudiar en la Academia Imperial de Medicina. 

 

Al llegar a vivir a casa de su tío, un acaudalado comerciante, conoce a Ana Khesarián (Charlotte Le Bon), artista armenia criada en París que hace de institutriz de sus primas. Ana sostiene una relación con Chris Myers (Christian Bale), periodista estadounidense de la agencia Associated Press, quien se encuentra en Constantinopla para cubrir el frente otomano. En el transcurso de los acontecimientos, la atracción entre Mikael y Ana es evidente y va aumentando al grado que se consuma antes del inicio del conflicto bélico.

 

Cuando los turcos entran en la guerra en el bando de los imperios centrales (Alemania y Austria-Hungría), se inicia el hostigamiento hacia las minorías cristinas del imperio (armenios, griegos y asirios), lo cual desemboca en el aprisionamiento de la élite armenia de Constantinopla el 24 de abril de 1915. Uno de los apresados es el tío de Mikael, por lo cual éste busca salvarlo; no obstante, en el proceso también es detenido. Posteriormente, el protagonista es enviado a los campos de labores forzadas para la construcción de las vías del ferrocarril, lugar del que logra escapar para emprender el retorno a su pueblo y buscar a sus padres.

 

Al mismo tiempo, el periodista Chris empieza a transmitir los cables que informan al mundo el exterminio al que está siendo sometido el pueblo armenio, todo esto producto de sus viajes donde observa las caravanas de la muerte hacia el desierto sirio y la decapitación de los varones armenios. Mientras tanto, en Constantinopla, Ana logra esconderse y ante la desaparición y pérdida de Mikael, retoma su relación con Chris. Así pues, conforme avanza el filme, el triángulo amoroso será el que marque la pauta de la película dejando como mero accesorio los dramáticos acontecimientos históricos.

 

George trata de resolver este aspecto apelando a un recurso: introducir personajes con existencia histórica; como el sacerdote armenio Komitas  o el embajador estadunidense Henry Morgenthau. No obstante, el poco desarrollo de los personajes hace que pasen desapercibidos y no queda claro su relevancia. Asimismo, la cinta se aleja de la historia romántica dando un giro en su parte final al narrar un acontecimiento real como fue la resistencia de cinco mil armenios en el Monte de Moisés. Este hecho histórico también fue retratado de manera magistral en la célebre novela Los 40 Días del Musa Dagh, del escritor judío Franz Werfel; no obstante, para todo aquel que haya leído esa portentosa obra literaria, las escenas de La promesa no colman las expectativas.

 

El principal error de George consiste precisamente en apelar medianamente a recursos históricos sin desarrollarlos, lo que da como resultado una película que no logra profundizar en los acontecimientos que derivaron en el genocidio armenio, centrándose demasiado en la historia de amor dejando muchos cabos sueltos en su narración. No deja claro que el genocidio fue producto del surgimiento de un nacionalismo exacerbado de corte jacobino promovido por el gobierno de los Jóvenes Turcos que dio nacimiento a la República de Turquía como Estado.

 

No obstante, a pesar de todo, se pueden rescatar varios elementos interesantes. Por ejemplo, la constante reivindicación de la fortaleza del pueblo armenio, a través de algunas escenas como cuando Ana tranquiliza a Mikael ante sus deseos de revancha y le dice que la mejor venganza ante los turcos es que un armenio logre sobrevivir. La otra, es la inserción de la cita de Willian Saroyán, célebre escritor armenio estadounidense, quien escribió que cuando dos armenios se encuentran “en cualquier parte del mundo vean si ellos no van a crear una nueva Armenia”.  

 

Otro aspecto interesante es la profunda controversia política que se desató el filme incluso antes de su estreno pues la cinta fue reseñada por más de 111 mil personas en el sitio especializado de cine IMDb, cuando sólo había sido exhibida en un par de ocasiones, lo que da cuenta de la polémica que suscita el tema entre partidarios del reconocimiento del genocidio armenio y sus detractores.

 

Esta reacción apasionada se debe a que a la fecha Turquía, como Estado sucesor del Imperio otomano, niega el genocidio y utiliza todos sus recursos para impedir que mundo rememore este acontecimiento. Basta mencionar que el actor mexicano Daniel Jiménez Chacho, quien en la cinta interpreta el papel del reverendo Dikran Antreassián, antes de iniciar las grabaciones recibió una llamada del embajador turco asegurando que no había ocurrido el genocidio.

 

Así pues, La Promesa tiene un profundo valor simbólico al ser la primera gran producción de Hollywood sobre el genocidio armenio. Históricamente, la industria del cine estadunidense se había mostrado deliberadamente indiferente ante la tragedia del pueblo armenio debido a presiones políticas por parte de Turquía. Como ejemplo de lo anterior podemos recordar la cancelación de la adaptación de la novela de Werfel, que iba realizar la MGM, debido a presiones del Estado turco.

 

Sin duda, a pesar de que no llena las expectativas, La Promesa sirve como un primer esfuerzo para que Hollywood se adentre en el tema y lo explore detalladamente. Esperemos que despierte el interés del gran público por este acontecimiento y nos sensibilice ante las grandes tragedias que desgraciadamente ocurren día a día en todo el mundo.

La Promesa se estrenó en México el pasado viernes 26 de mayo de 2017 y se exhibe en distintas salas de cines comerciales, particularmente CINEMEX.

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