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Ensayo
Joaquin Phoenix:
He Is Still Here
por Pablo Andrade

6 de junio de 2017

Para los cinéfilos hacer listas de nuestros directores y películas favoritas es algo bastante común; asimismo, solemos tener un grupo de actores y actrices cuyas carreras seguimos incondicionalmente, en caso de que estén vivos, o que revisamos si es que ya han fallecido. Lo hacemos por diferentes razones, algunas bastante inefables, como la de sentirnos identificados con los personajes que han interpretado en pantalla.

 

En ese sentido, todos tenemos ese cúmulo de intérpretes que nos gustan porque representan versiones amplificadas de nuestras virtudes, de nuestras aspiraciones y anhelos legítimos; sin embargo, existe otro grupo de actores que se han encargado de dar vida a personajes oscuros, raros y antisociales que nos atraen porque reflejan esa otra parte de nuestras almas, una que no siempre podemos aceptar.

 

En ese segundo grupo entra Joaquín Phoenix, quien acaba de ganar la Palma de Oro a la Mejor Actuación Masculina en la última edición del Festival de Cine de Cannes por su papel en la película You Were Never Really Here (2017) de la directora británica Lynne Ramsay. En ella, interpreta a un veterano de guerra melancólico y distante que invierte su tiempo en rescatar a menores de edad víctimas de abuso sexual.

 

Según declaraciones del actor la cinta es un intento por desmitificar la idea del héroe, alejándolo de los tópicos del cine de acción para acercarlo a una representación mucho más oscura de un hombre en busca de redención en un mundo cruel y despiadado. Aunque no podemos decir nada más, puesto que la película aún no se estrena en México, es fácil darse cuenta de que Phoenix lleva un tiempo eligiendo personajes inhabituales, marcados por un pasado turbio y que prefieren vivir al margen de la sociedad. Estas interpretaciones le han valido un gran reconocimiento de la crítica, el respeto del medio y la admiración del público que se siente atraído por la lobreguez de sus actuaciones.

 

De esta manera podemos destacar sus actuaciones en Irrational man (Woody Allen, 2015) en donde interpreta a un profesor de filosofía que atraviesa una crisis existencial, Inherent Vice (Paul Thomas Anderson, 2014) en la cual es un detective privado adicto a la marihuana o en Her (Spike Jonze, 2013) donde da vida a un escritor con depresión que se enamora de un sistema operativo llamado Samantha.

 

Mención aparte merece su representación de un fanático religioso en The Master (Paul Thomas Anderson, 2012) en donde comparte protagonismo con Philip Seymour Hoffman y Amy Adams. Es esta cinta, Phoenix teje de manera magistral la personalidad de un hombre atormentado que recurre a un fanatismo que raya en lo neurótico para poder sobrellevar la pesada carga de su pasado. La película de Anderson es soberbia y la actuación de Phoenix genial, oscura y fascinante.

 

No sobra señalar otras buenas interpretaciones del actor que refuerzan este gusto por interpretar personajes oscuros como Two Lovers (2008), The Immigrant (James Gray, 2013), Reservation Road (Terry George, 2007), Gladiator (Ridley Scott, 2000), To Die For (Gus Van Sant, 1995) o Walk The Line (James Mangold, 2005) donde interpreta a un decadente Johnny Cash. Sin embargo, lo que ocurre con Joaquín Phoenix es un fenómeno curioso, pues su gran calidad actoral es sólo comparable con su extraña personalidad fuera de la pantalla, y es que pareciese que el actor representa en pantalla personajes que describen sus propias angustias e inquietudes.

 

Desde el año 2011, cuando protagonizó el falso documental I’m Still Here (Casey Affleck) en el cual se interpretó a sí mismo en un estado de decadencia absoluta, Phoenix parece no haberse separado por completo del personaje. En ese filme, Casey Aflleck, registra el supuesto quiebre emocional de Phoenix quien abandona la actuación por sentirse harto de la industria cinematográfica para convertirse en un músico de hip-hop.

 

La película fue acompañada de una estrafalaria campaña de publicidad en la cual el actor no abandonó su personaje y aseguró que todo lo que ocurría en ella era real. Esto creó un profundo sentimiento de incomodidad en el público ya que nunca supimos cómo reaccionar ante la susodicha I’m Still Here. Aunque posteriormente tanto Phoenix como Affleck admitieron que todo se trataba de un falso documental, el accionar de Phoenix en público después del filme ha sido más bien errático.

 

Este comportamiento lacónico nos ha regalado un último episodio un tanto cómico cuando en la Ceremonia de Clausura del Festival de Cannes Pedro Almodóvar, Presidente del Jurado, anunció el nombre de Joaquín Phoenix como el ganador del premio a Mejor Actor. La reacción del histrión parecía no ser la típica, sino más bien la de alguien que no se creía merecedor del premio, de alguien que estaba a miles de kilómetros de distancia y que solo dio crédito cuando le preguntó a su pareja —la actriz Rooney Mara— “¿debo subir?”.

 

Para los cinéfilos que gustamos de los personajes oscuros no nos queda más que esperar el estreno en México de You Were Never Really Here para poder apreciar una interpretación más de Joaquin Phoenix, el actor especialista en crear personajes oscuros y torturados, pero cautivantes y atrayentes al mismo tiempo. 

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