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Recomendación
Hugo

Año: 2011

Dirección: Martin Scorsese

Guión: John Logan basado en el libro The Invention of Hugo Cabret de Brian Selznick

Fotografía: Robert Richardson

Elenco: Ben Kingsley, Sacha Baron Cohen, Asa Butterfield, Chloë Grace Moretz, Ray Winstone, Emily Mortimer, Michael Stuhlbarg, Christopher Lee y Jude Law.

​Música: Howard Shore

25 de abril de 2017

En diciembre de 1895 comenzaron los espectáculos de los hermanos Louis y Auguste Lumière en el Grand Café del Bulevar des Capucines en París. Sin embargo, sus exhibiciones con el cinematógrafo no eran más que imágenes animadas. Fue Georges Méliès quien transformó al cine en un arte. Utilizó técnicas del teatro y empleó un guion, actores, vestuario, maquillaje y escenografías. Creó un mundo de fantasía como un Viaje a la Luna (1902).

Casi una década después, el futurista italiano Ricciotto Canudo publicó El nacimiento del sexto arte (1911), un manifiesto que describía al cine como una conciliación de los ritmos del espacio de las artes plásticas, del tiempo de la música y la poesía: "arte plástico en movimiento". En escritos posteriores, Canudo incluiría a la danza como un arte precursor, de modo que el cine se convirtió en el séptimo y último, si se toma como referencia las cinco artes antiguas descritas por el filósofo alemán G.W.F. Hegel: arquitectura, escultura, pintura, música y poesía.

Hugo (2011) es una mirada a inicios del tercer decenio del siglo XX, tiempos que consolidaban a cine como consumo popular. Se cuenta la historia de Hugo Cabret (Assa Butterfield), niño huérfano que vive en los laberintos ocultos de la estación de Montparnasse. Su padre (Jude Law) muere en un accidente y para evadir un destino de orfanato, se va a vivir con su tío —viejo alcohólico que le enseña a cuidar y arreglar los engranes de aquel gran reloj que indica la hora a los pasajeros de la estación. A pesar de pertenecer a una familia de varias generaciones de relojeros, no es esta actividad la que otorga sentido a su vida, sino la ilusión de un mensaje de su difunto padre, oculto en su única herencia: un viejo autómata —esa máquina que imita la figura y los movimientos de un ser animado.

Las tomas de Scorsese reflejan la época del cine silente en blanco y negro, aunque en color y con un excelente uso de 3-D. Rastrea los orígenes de Méliès (Ben Kingsley) y de la ficción cinematográfica. Entramos a esos gigantescos sets bizarros y surrealistas, aquellos donde los cinematógrafos grababan con cámaras manuales al ritmo de un metrónomo, mientras artistas bailaban y actuaban como si lo hiciesen en un teatro. Es una película sobre películas. También es un homenaje al cine y a sus orígenes: desde luego a Georges Méliès, pero también a Charles Chaplin, Buster Keaton, Georg Willhelm Pabst, F. W. Murnau y David W. Griffith.

Busca preservar y restaurar los orígenes de este arte para que no queden en el olvido; del mismo modo que The Film Foundation —organización encabezada por Scorsese y otros directores— también lo hace. No por nada la película defiende la importancia de los reestrenos de películas clásicas, la preservación de las cintas y el estudio de la fundación de este arte. De este interés particular, se presentan dos retratos: por un lado, el del rescate del autómata; y, por otro, el de René Tabard (Michael Stuhlbarg), profesor al que acuden Hugo y su amiga Isabelle (Chloë Grace Moretz), y autor de un libro escrito para la academia cintematográfica —donde elogia con entusiasmo la contribución de Méliès. Así, pese a sus conocimientos enciclopédicos, Tabard no deja de lado su carácter de cinéfilo. Es un reconocimiento para Henri Langlois, aficionado que rescataba cintas que serían destruidas, y que reunió una colección con la que después construiría la Cinémathèque Française —casa donde se formaron como espectadores François Truffaut y Jean-Luc Godard, fundadores de "La Nouvelle Vague".

 

Scorsese se aleja de sus orígenes, y del estilo con el que se formó y con el que se le conoce. No obstante, también es una de sus películas más íntimas —aparte de su cine religioso, Silencio (2016), La Última Tentación de Cristo (1988) y Kundun (1997). Así, el tan anhelado mensaje del autómata queda en segundo plano frente a lo que se vive bajo la magistral dirección de Scorsese: una aventura en esa fábrica de ilusiones y sueños que llamamos cine.

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