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Recomendación
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Copying Beethoven(2006) de Agnieszka Holland 

Año: 2006

Dirección: Agnieszka Holland

Guión: Stephen J. Rivele y Christopher Wilkinson

Fotografía: Ashley Rowe

Elenco: Ed Harris y Diane Kruger

 

Edición: Alex Mackie

20 de agosto de 2020

por Joaquín Balancan Aguirre

El 2020 además de ser el año en que hemos visto la emergencia sanitaria más dura a la que ha sido sometida la humanidad en la época contemporánea es, irónicamente, el espacio en el que se celebran los 250 años del natalicio de Ludwig van Beethoven. Digo irónicamente porque al igual que Beethoven al final de sus días la humanidad está aislada y las medidas de distanciamiento social han hecho que compartamos el sentimiento que más atormentó a este genio musical en esa etapa de su vida. Para darnos una idea de este sentimiento podemos recurrir al cine y de manera particular a la cinta Beethoven, monstruo inmortal (Copying Beethoven) del año 2006, dirigida por Agnieszka Holland. 

La cinta nos sitúa en los primeros días de mayo de 1824, cuando en la víspera del estreno de su Novena Sinfonía, el músico conoce a Anna Holtz (Diane Kruger), una joven estudiante de composición quien, siendo la mejor copista de la academia de música, es recomendada para ayudar al maestro. Esta intensa relación de trabajo se pondrá a prueba en pocos días cuando los ensayos para el estreno de la famosa sinfonía confirmen que Beethoven (Ed Harris) ya no puede escuchar a la orquesta y que ha perdido la confianza para dirigir la obra, por lo que Anna, además de ser sus manos para escribir furiosamente en el pentagrama, ahora también tendrá que ser sus oídos.

La secuencia del estreno de la Novena Sinfonía —la cual tuvo lugar en la vida real el 7 de mayo de 1824— es, sin duda, una de las más bellas jamás rodadas sobre el famoso compositor, pues nos muestra  la intensidad, el genio y la tormenta interna que expresan los cuatro movimientos de esta Sinfonía. También vemos a Anna Holtz convertida en el puente entre Beethoven, la orquesta y el público, regalándonos una bella imagen de ella girando al maestro, al final de la presentación, para que pueda ver a todas y todos de pie, agitando sus pañuelos y aplaudiendo sin parar. 

La cinta, además de dejarnos ver el lado luminoso del compositor, también nos muestra uno de sus rasgos más señalados: su carácter irascible y voluble, además del gran ego que su fama le hacía tener, rasgos que le hacen alejarse de Anna a los pocos meses del estreno de la sinfonía. Por eso, vemos a un Beethoven aislado de su familia, de sus amigos, del poder político, con su arte como único vínculo con el mundo. Estamos frente a un personaje necesitado del afecto de su familia y de las mujeres. En ese sentido, la relación con Anna funciona también para explicar las complicaciones del músico en su relación con el sexo femenino, lo cual está documentado en diversas biografías.

En suma, estamos frente a una cinta que nos permite conocer a Beethoven, adentrarnos en su obra y de manera especial en ese periodo donde rompe las convenciones musicales y crea música innovadora y desconcertante para aquella sociedad; asistimos al paso del clasicismo a la creación del héroe romántico del cual la Novena Sinfonía y su coro es una sus cimas. Finalmente, como homenaje y para mayor acercamiento a la música del compositor, debemos señalar que la versión de la Novena Sinfonía que se escucha en la cinta es la realizada por Lucia Popp (soprano), Carolyn Watkinson (mezzo-soprano), Peter Schreier (tenor), Robert Holl (baritono), el Netherlands Radio Chorus y la Concertgebouw Orchestra todos ellos bajo la dirección de Bernard Haitink.

El autor es politólogo por la UNAM. Colaborador y amigo de CINEMATÓGRAFO. También ha escrito en el blog de cultura de Nexos.

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