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TELEVISIÓN
Reseña

La crítica anglosajona recibió con euforia la primera temporada de la serie de HBO, Big Little Lies (Jean Marc Vallée, 2017), basada en la novela best-seller de Liane Moriarty, pero fue mordaz el verano pasado al emitirse la segunda parte (Andrea Arnold, 2019). Protagonizada por un reparto magnífico, que incluye a Nicole Kidman y Reese Witherspoon, la serie ganó ocho premios Emmy y cuatro Globos de Oro, incluyendo el de mejor miniserie. En contraste, la segunda temporada, en la que Meryl Streep se sumó al reparto, fue en general calificada de decepcionante, una prolongación innecesaria de la historia original, y no fue galardonada en los Globos de Oro este 2020. [1]   

La primera temporada alerta desde el comienzo de la historia que hay una comunidad próspera y tranquila en la que ocurre un asesinato, pero sólo al final nos enteramos de quién es el que mata y a quién mató. En la segunda temporada conocemos a las madres de la víctima y del victimario.  En mi opinión, la segunda parte de la serie es tan buena como la primera, o incluso mejor, entre otras cosas porque retoma una discusión clásica sobre el papel de la madre en el desarrollo de la patología mental.

Cuando Meryl Streep obtuvo su tercer premio Oscar por su papel interpretando a Margaret Thatcher en La Dama de Hierro (Phyllida Lloyd, 2012) en su discurso de aceptación bromeó diciendo: “La mitad de Estados Unidos seguramente se está lamentando: ‘¡Ay no! ¡Por Dios! ¡Ella otra vez!´. Pero bueno, ni modo”. [2] Big Little Lies nos da la oportunidad invaluable de ver nuevamente a Meryl Streep en el banquillo de los acusados, señalada por ser una mala madre. Ya ha sido una madre villana desde Kramer vs. Kramer (Robert Benton, 1979) y después, también magistralmente, en Un grito en la oscuridad (Fred Schepisi, 1988). En una película su personaje-madre va a la corte acusada de negligencia; en la otra, de asesinato. La pregunta que ahora se plantea es: ¿se puede culpar a la madre por la perversión del hijo? ¿La madre es responsable si el hijo resulta ser un monstruo?. 

PRIMERA PARTE

La historia se desarrolla en Monterrey, un suburbio lujoso de la costa californiana, y se trata de cinco mujeres adineradas y madres de familia que desarrollan una espiral de engaños y tensión que culmina en un asesinato. Madelaine (Reese Witherspoon), Celeste (Nicole Kidman) y Jane (Shailene Woodley) son grandes amigas. Madelaine es una mujer un poco maniaca, combativa y bajita, que le fue infiel a su segundo marido con un director de teatro. Celeste es una abogada guapa y elegante, con un marido bien parecido, con quien tiene una relación sadomasoquista. Jane es madre soltera de un niño que es producto de una violación. Bonnie (Zoë Kravitz) es instructora de yoga y esposa del primer marido de Melanie, a quien no ama. Renata (Laura Dern) es una empresaria exitosa e irascible. 

​Los hijos de estas cinco mujeres van al mismo jardín de niños, que es donde se desata el conflicto. En el primer día de clases, la hija de Renata acusa al hijo de Jane de acoso (bullying), pero él lo niega y su madre lo respalda. Es la chispa que incendia la pradera y desata intrigas entre las cinco protagonistas. Un pleito de niños, que se reconcilian rápidamente, se sale de control y da lugar a una violencia impensable. O eso parece. 

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Big little lies

Año: 2016 — 2019

 

Creador: David E. Kelley

Director: Jean-Marc Vallée y Andrea Arnold

Guión: David E. Kelley (basado en Big Little Lies de Liane Moriarty)

Elenco: Reese Witherspoon, Nicole Kidman, Shailene Woodley, Alexander Skarsgård, Adam Scott, Zoë Kravitz, James Tupper, Jeffrey Nordling, Laura Dern, Kathryn Newton, Iain Armitage y Meryl Streep

Fotografía: Yves Bélanger y Jim Frohna

Transmisión inicial: HBO

21 de febrero de 2020

por Daniel Antón Aguilar García

Desde el primer capítulo sabemos que se investiga un homicidio, que ocurre en una gala de los padres de los alumnos del kínder. La historia se cuenta intercalando testimonios de padres y maestros, a la manera de un coro griego que anuncia una tragedia, pero el suspenso se mantiene hasta el final. En la noche de la fiesta, una vez que Celeste se ha decidido a abandonar a su marido abusivo, éste se abalanza contra ella en una zona apartada de la fiesta, en la que están las cinco protagonistas. El impulso de Bonnie es correr y empujarlo por las escaleras, lo que acaba con su vida. Las cinco mujeres acuerdan en ese momento mentir a la policía y decir que el hombre resbaló por accidente. La temporada termina con imágenes fraternales de las cinco mujeres con sus hijos jugando en la playa. 

La temporada tiene muchos aciertos. Las actuaciones son magníficas, especialmente la de Kidman, cuyas escenas sexuales oscilan entre lo perturbador y lo erótico. La actuación de Witherspoon es convincente, pero su personaje se parece demasiado a otros que ya le hemos visto en algunas películas, por lo que hace pensar en Legally Blonde (Robert Luketic, 2001) veinte años después. La historia está bien contada y atrapa al espectador, pero no da mucho qué pensar, tal vez por tratarse de la adaptación de una novela entretenida pero no muy profunda. No queda claro por qué las protagonistas deciden mentir a la policía si se trató de una muerte en defensa propia, ni por qué el ocultar la verdad sobre un homicidio cimienta la solidaridad y la amistad entre estas cinco mujeres. 

SEGUNDA PARTE 

Me parece que la trama mejora en la segunda temporada, probablemente porque aparecen personajes más complejos, y porque Meryl Streep entra en escena. Marie Louise (Streep) es la madre del difunto marido de Celeste, que llega a casa de su nuera, ahora viuda, para pasar tiempo con ella y con sus nietos (dos niños gemelos, uno de los cuales era quien acosaba a la hija de Renata). Marie Louise quiere averiguar qué pasó realmente la noche en que su hijo murió, sospecha que las cinco mujeres de Monterrey mienten, que no se trató de un accidente y que Celeste tuvo algo que ver en todo esto. Hay algo ominoso en el personaje de Streep: es al mismo tiempo una abuela cariñosa, una mujer con segundas intenciones, una madre triste y rabiosa pero también llena de culpa; impertinente, astuta y locuaz, pero con unos dientes enormes que la hacen ver menos inteligente de lo que realmente es. Es alguien que quiere conocer la verdad sobre la muerte de su hijo pero es incapaz de confrontar la verdad sobre sí misma.

Marie Louise observa que Celeste consume medicamentos para dormir que la hacen tener un accidente en la carretera, mantiene encuentros sexuales ocasionales con desconocidos, y en un momento de exasperación empuja a uno de sus hijos al piso. Con base en esto, se resuelve a interponer una demanda para quedarse con la custodia de los niños. Entre tanto, aparece en la historia la madre de Bonnie, la responsable del asesinato. Mediante flash-backs nos enteramos que era una madre abusiva verbal y físicamente, y que al empujar al marido de Celeste por las escaleras, Bonnie estaba deseando también matar a su propia madre.

El juicio por la custodia es probablemente uno de los mejores en la historia de la televisión. Celeste lucha encarnizadamente por conservar a sus hijos. La batalla legal es un duelo de actuaciones entre Kidman y Streep. El abogado de Marie Louise exhibe fotografías de los encuentros sexuales de Celeste con diferentes hombres y sostiene que ella es una mujer adicta, perturbada e incapaz de ejercer su función de madre. Celeste muestra videos de la violencia abrumadora con que su marido la atacaba, y alega que la madre de un hombre como ese no puede ser mejor madre que ella. 

En la literatura psicoanalítica hay distintas posiciones sobre el papel de la madre en el desarrollo de la patología mental. Donald Winnicott consideraba que si la madre no era “suficientemente buena” y no lograba hacer una función de holding adecuada con su bebé, se abría el camino para la psicopatología. Melanie Klein y autores de orientación post-kleiniana enfatizaban que, si bien el ambiente tiene cierto peso, lo fundamental es el mundo interno del niño y la historia que se cuenta a sí mismo. Si el bebé está constitucionalmente dotado de un gran monto de agresividad y envidia, tendrá más probabilidades de que su mente enferme. [3]  La discusión es apasionante, rica y compleja, y autores como Wilfred Bion propusieron una posición intermedia, que considera tanto lo ambiental como lo interno. El debate no se zanja en una serie de televisión, pero nos da qué pensar. Y Streep alimenta nuestra duda, deja la pregunta dando vueltas en la mente, gracias a su espléndido talento para encarnar un personaje humano, contradictorio y enigmático. Habrá que ver caso por caso, pero culpar a la madre por las locuras del hijo bien puede ser una de esas pequeñas grandes mentiras que a todos nos gusta contarnos.  

El autor es internacionalista por El Colegio de México y cuenta con un posgrado en Política Comparada por el Instituto de Estudios Políticos de París (Sciences-Po Paris). Actualmente se desempeña como Director Ejecutivo para México de Humane Society International.

NOTAS Y REFERENCIAS

[1] Sirin Kale, “Big Little Lies: has season two really been a screaming great flop?”, The Guardian, 19 de julio de 2019. Disponible en: https://www.theguardian.com/tv-and-radio/2019/jul/19/big-little-lies-has-season-two-really-been-a-screaming-great-flop.

[2] Citada en Michael Schulman, Her Again: Becoming Meryl Streep, Nueva York, Harper, 2016, p. 5. 

[3] Celia Lieberman y Norberto Bleichmar, Sobre el psicoanálisis contemporáneo, México, Paidós, 2013, pp. 80-86. 

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