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Reseña
asteroid city
por Emilio Azuela

24 de agosto de 2023

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Identificar el estilo visual y narrativo de un director no siempre es sencillo. Claro, si nos encontramos con una película de Scorsese o Edgar Wright no cabe ni la menor duda. Las cámaras flotantes de Terrence Malick, los climas de Kurosawa o los siempre majestuosos acercamientos de Spielberg son algunos elementos que nos ayudan a encontrar de qué presumir (por no decir otra palabra) cuando hablamos de cine. Pero me atrevería a decir que no hay director vivo (o muerto) que tenga un estilo tan identificable y popular como el de Wes Anderson.

 

En la actualidad, el nombre de Wes Anderson es uno de los primeros que escuchamos cuando hablamos de estilo visual, o de color, o de diseño de producción; o, en un caso más reciente hasta trends de TikTok. Es una creación de mundos color pastel, simétricos, perfectamente diseñados para ser visualmente agradables. Y, a pesar de parecer algo fácil de recrear, los mundos que crea Wes Anderson en cada una de sus películas son cada vez más elaborados, en capas, y con profundo sentimiento sobre los personajes que las habitan. Todo esto y más lo podemos encontrar en Asteroid City. Un pueblo ficticio dentro de una obra de teatro ficticia, dentro de un programa televisivo ficticio, dentro de una película ficticia.

La historia sigue principalmente a Augie Steenbeck (Jason Schwartzman), un fotógrafo de guerra en duelo y en proceso de reencontrarse con su hijo genio e hijas brujas. La familia queda varada en Asteroid City, pueblo perdido en la nada donde se celebra el aterrizaje de un meteorito hace miles de años; así, varios encuentros cambiarán su manera de ver la vida y a su familia. Pero en realidad, esa también es la trama de la obra de teatro escrita por Conrad Earp (Edward Norton), la cual vemos en su producción: desde su escritura, su proceso de encontrar un cast, su director y presentación. Todo esto es revelado dentro de un programa de televisión conducido por Bryan Cranston. Asteroid City no existe. Tampoco Augie Steenbeck, ni Conrad Earp. 

La interpretación de Jason Schwartzman es brutal. Es su primer protagónico con Wes Anderson desde Rushmore (1998) —sí, ya sé, también está el corto de Hotel Chevalier (2007) o en The Darjeeling Limited (2007), pero ahí comparte con otros. Es uno de los muchos personajes que habitan la Asteroid City de 1955, en la sombra del temor a guerras nucleares, y cambios sociales y tecnológicos. 

Con un elenco absurdamente enorme, compuesto por caras viejas y nuevas, cada personaje que vive en este pequeño pueblo cuenta una historia distinta, pero todas también son la misma. De esta forma, dentro de la inmensidad que Anderson construye en este mundo, el sentimiento humano siempre toma el primer plano. Es una historia de cómo nos enfrentamos al duelo, al cambio, a la soledad, al espacio; de cómo intentamos huir, cómo nos enamoramos, que nos da miedo y sobre lo que hemos perdido. “Nunca tuve hijos, pero a veces me pregunto si desearía haberlos tenido" dice la doctora Hickenlooper, interpretada por Tilda Swinton. Son estos momentitos de personaje que llenan a Asteroid City, película perfectamente construida en todas sus capas, de vida.

Como es de esperarse, Asteroid City cumple con todo el estilo que Wes Anderson ha construido a lo largo de su carrera. Colabora con viejos amigos como el fotógrafo Robert Yeoman, el compositor Alexandre Desplat o el diseñador de producción, Adam Stockhousen. Y estos alcanzan un nuevo nivel de estética, ahora basada en el desierto estadunidense, si bien fue grabada en el paisaje desértico español de Chinchón. En cada una de las capas se logra expresar distintas voces artísticas: con los sets a blanco y negro más a estilo de foros de televisión, mientras que la obra a color cuenta con detalles muy teatrales como las montañas pintadas al fondo, a momentos encuadrado a manera de postal antigua. 

 

De igual manera, el guion se maneja de distinta forma en cada capa, unas más teatrales y dramáticas que otras; y es aquí donde el trabajo de Wes Anderson brilla más. La manera de contar historias en distintos formatos y en diferentes medios de forma cohesiva y brillante —es un ejercicio que lleva haciendo por varios años, pero que llevó al límite con La Crónica Francesa (2021). Y, hablando de diferentes medios, tiene una secuencia que utiliza stop-motion que es de mis favoritas en toda su filmografía.

 

Asteroid City continúa estableciendo a Wes Anderson como un director esencial para el cine moderno, pues su estilo es constantemente evolutivo y personal. Se ve tan popularizado que lo encontremos una y otra vez recreado en TikTok. Personalmente lo celebro, porque si Wes Anderson nos une para apreciar el cine, por qué habríamos de quejarnos.

El autor es de Ciudad de México y es editor y guionista.

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