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Recomendación
Arrival

Año: 2016

Dirección: Denis Villeneuve

Guión: Eric Heisserer

Fotografía: Bradford Young

Elenco: Amy Adams, Jeremy Renner, Forest Whitaker, Michael Stuhlbarg y Tzi Ma

​Música: Jóhann Jóhannsson

12 de julio de 2018

Recuerdos del futuro

La memoria es una cosa extraña. No funciona como yo creía. Estamos tan atados por el tiempo... por su orden. Solía creer que este era el inicio de tu historia, pero ahora no estoy tan segura de creer en inicios, ni en finales. 

La premisa principal de Arrival (2016) se puede formular de manera sencilla: el lenguaje determina nuestra concepción del mundo. Sin embargo, a partir de dicha premisa su director, Denis Villeneuve, desarrolla una cinta elegante, compleja, desafiante y llena de símbolos que juegan con esa idea estructuralista del lenguaje. En ese sentido, hay que decir que Arrival no es otra película más de extraterrestres, sino un excelente filme de ciencia ficción que se basa en una teoría verdadera del lenguaje: la hipótesis Sapir-Whorf, que sugiere que la manera de pensar de los individuos está determinada por el idioma que hablan. 

A partir de dicha premisa Arrival nos cuenta la historia de la llegada doce cosmonaves alienígenas a diversos puntos de la Tierra, una de ellos en Montana, Estados  Unidos. Ante la incertidumbre que esto genera entre los líderes mundiales, específicamente a los mandos militares estadunidenses, las fuerzas armadas de dicho país contactan a la especialista en lingüística, Dra. Louis Banks —Amy Adams, quien tuvo que haber sido nominada al premio de la Academia por este papel— para tratar de establecer comunicaciones con los visitantes y, sobre todo, identificar si las intenciones de los extraterrestres son militares. Conforme la Dra. Banks va comprendiendo el lenguaje extraterrestre, basado en pictogramas, empieza a percatarse que su percepción del tiempo cambia radicalmente: comienza a concebirlo de una forma no lineal. El pasado, presente y futuro se entrelazan para la protagonista y en ese sentido —lo que sin duda constituye uno de los grandes aciertos de Villeneuve— la estructura de la película también mantiene una narrativa en la cual el relato se fragmenta y mezcla diferentes tiempos, permitiendo al espectador “experimentar” las mismas sensaciones que la Dra. Banks, cuando descubre que sus recuerdos en realidad pueden tratarse de premoniciones y viceversa. 

La cinta nos permite reflexionar sobre el concepto del tiempo y lo que supone para nuestra experiencia del mundo y del universo. La tendencia es creer que el universo es tal cual nosotros lo experimentamos. Sin embargo, la posibilidad de que existan seres que lo perciban de manera distinta plantea el hecho de que la realidad no es más que una interpretación humana. Por otro lado, Villeneuve hace del filme en sí mismo una metáfora del lenguaje de los alienígenas, puesto que el lenguaje cinematográfico, basado en unidades conocidas como planos cinematográficos y en la edición, es en sí mismo fragmentado y sobrepone diferentes tiempos en su narrativa. 

La película continúa por ese camino pues narra las dificultades de la Dra. Banks para intentar descifrar un idioma que le es totalmente ajeno, sin puntos de referencia y lleno de trampas. Estas trampas lingüísticas derivan en un conflicto internacional de tintes bélicos cuando los líderes militares sospechan que una de las palabras que utilizan los alienígenas significa “arma”. Esto detona una especie de carrera armamentista entre las naciones más poderosas por iniciar una guerra con los extraterrestres. De lo anterior también surgen interpretaciones interesantes; por ejemplo, la explícita crítica a la tendencia histórica, y de tintes colonialistas, de recurrir a la violencia siempre que ocurra un encuentro entre proyectos civilizatorios distintos. 

De esta manera, el desenlace se encamina gracias a la proeza lingüística y antropológica de la Dra. Banks, quien decide emplearse a fondo en la comprensión del lenguaje extraterrestre aun cuando esto le traiga profundas consecuencias en su vida debido a la deconstrucción de su capacidad para experimentar el tiempo. En ese sentido, Arrival nos ofrece una lectura más, la de las emociones humanas como el dolor y el sufrimiento, pero también la esperanza y el estoicismo. El personaje de Amy Adams empieza a tener visiones de un futuro poco esperanzador para ella (gracias a las nuevas habilidades que ha obtenido del entendimiento del lenguaje alienígena) y, aun así, decide continuar con los eventos de su vida que la van a llevar a experimentar ese dolor futuro; porque comprende que dejar de disfrutar el presente por el dolor que, posiblemente, sentiremos por la pérdida de aquello que tenemos hoy sería un error. Este es el clímax: el desenlace ofrece un significado estoico de la vida. 

Hay muchas otras razones que hacen de Arrival una magnífica película; por ejemplo, la espléndida cinematografía de Bradford Young que a base de colores oscuros produce una sensación de misterio y un sentimiento de nostalgia, pero que también nos ofrece esas tomas amplias de horizontes a la cual Villeneuve nos tiene tan acostumbrados. Mención aparte merecen la música de Jóhann Jóhannsson y el uso acertadísimo de “On the Nature of Daylight” de Max Richter; así como las poderosas actuaciones de la ya mencionada Amy Adams y de sus compañeros de reparto Jeremy Renner y Forest Whitaker. 

En conclusión, Denis Villeneuve nos ha regalado una de las mejores películas de ciencia ficción de la década. No hay que olvidar que él también es el responsable de otra joya del género como lo es Blade Runner 2049 (2017). Estos largometrajes, realizados en años consecutivos, confirman que Villeneuve es un verdadero maestro para contar historias por medio de imágenes y para usar el cine como lenguaje. 

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